En las últimas semanas hemos visto como el precio de la soja disponible fue escalando posiciones hasta llegar muy cerca de los 250 dólares por tonelada.
Si seguimos la cultura y el pensamiento de los productores, que nunca venden en un mercado en suba, se podría estimar que a partir de ahora el volumen de oferta de soja disponible tenderá a disminuir en las próximas semanas.
De hecho, esto es lo que ha venido sucediendo en el último mes. Los productores vendieron 652 mil toneladas de soja disponible en la semana del 15 al 22 de julio, luego comercializaron 623 mil toneladas en la semana posterior, 452 mil toneladas en la siguiente y 424 mil toneladas entre el 5 y el 12 de agosto.
El dato a tener en cuenta es que el productor no ha retenido la soja por cuestiones de especulación.
Ha vendido lo necesario para enfrentar compromisos, pagar insumos, reequiparse con nueva maquinaria agrícola. A medida que va pasando el tiempo, la oferta de soja disponible se va a ir reduciendo.
En estas últimas cuatro semanas, el productor vendió soja por un total de 2,151 millones de toneladas, lo que representa un valor superior a los 800 millones de dólares.
El maíz, mucho mejor
En el mismo período, el productor se desprendió de 2,7 millones de toneladas de maíz disponible, por un ingreso equivalente a 455 millones de dólares. En tres de las cuatro semanas, las ventas promediaron 740 mil toneladas por semana.
Esto nos muestra que hoy el maíz tiene mejor precio relativo que la soja.
La mejora en la cotización de la oleaginosa disponible, que acaricia los 250 dólares por tonelada, en parte se trasladó a la tendencia de los precios futuros de la soja nueva mayo 2021, que cotiza a 231,5 dólares por tonelada.
A pesar de esa mejora en el precio futuro, la relación de precios soja/maíz se ubica en 1,63/1. Se trata de una ecuación netamente favorable al maíz, en cuanto al mejor margen bruto comparado entre los dos cultivos.
Hoy en zona núcleo es más rentable sembrar maíz que soja. Si a ello le agregamos la estabilidad en los rendimientos que se ha logrado la genética del cereal y la mayor seguridad de cosecha, la soja pasa a ser un cultivo de alto riesgo desde el punto de vista climático y de precios de mercado.
En el mismo sentido habrá que analizar qué cultivo tiene mejor margen en zonas extra pampeanas, con un maíz que rinde 9.000 kilos por hectárea y una soja que aporta 3.000 kilos por hectárea. Al respecto, el productor lo sabe muy bien y si come vidrio no lo traga.
Las perspectivas para el maíz disponible y de la nueva cosecha son muy promisorias.
El análisis del mercado físico indica que hoy el productor tiene en su poder maíz por un volumen de 9,3 millones de toneladas. Sin embargo, las necesidades de compras de maíz por parte de la exportación y la industria hasta el fin del año comercial ascienden a 10,3 millones de toneladas.
La cuenta es muy simple y sencilla: falta un millón de toneladas si la exportación quiere cumplir con el saldo exportable y si la industria pretende satisfacer la demanda interna.
La moneda está en el aire, pero es probable que caiga ceca, como la sequía que se viene en la oferta de maíz disponible en los próximos cuatro meses. (Agrovoz)

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