Para un Gobierno necesitado de recursos fiscales y de dólares que permitan recomponer las reservas del Banco Central para frenar la presión sobre el tipo de cambio, la evolución de la cosecha agrícola es fundamental: solo la soja, el maíz y el trigo significan casi la mitad de las divisas que ingresaron este año al país.
Según el investigador Juan Manuel Garzón, del Ieral-Fundación Mediterránea, ese es el motivo por el que el Gobierno nacional está intentando contener la demanda de dólares hasta el primer trimestre de 2021, período en que comenzarían a ingresar las divisas de la nueva cosecha estival.
Bajo este panorama, y si bien los cultivos gruesos recién se están comenzando a sembrar, Garzón elaboró una estimación teórica de cuántos dólares podría generar la campaña 2020/21, teniendo en cuenta diferentes escenarios de producción y de precios internacionales.
“La buena noticia es que la suba de precios internacionales observada en las últimas semanas, tanto en los mercados de disponible como de futuros, podría compensar pérdidas de producción asociadas a eventos de sequía de intensidad leve y hasta moderada, y de esa manera posibilitar que el valor de la próxima cosecha supere ciclo 2019/20”, resume Garzón.
Supuestos
Como punto de partida, Garzón construyó cinco escenarios productivos, contemplando siete cultivos: dos de invierno (trigo y cebada) y cinco de verano (soja, maíz, girasol, sorgo y maní).
Por el efecto que se espera del fenómeno La Niña, hay tres que son los más probables: uno con rindes tendenciales y dos que plantean un achique de los rendimientos de entre cinco por ciento y diez por ciento. Significa que la cosecha caería entre 1,2 y 17,4 millones de toneladas.
Luego, en materia de precios medios de exportación los escenarios son tres: uno pesimista, que supone valores similares a los del ciclo 2019/20 que fueron bajos en términos históricos; otro “base” que contempla una suba de entre cinco por ciento y 15 por ciento respecto a la última campaña, en línea con lo ocurrido en las últimas semanas; y uno optimista que supone un 10 por ciento extra de incremento, que podría darse si Brasil o Argentina sufrieran fuertes problemas productivos.
De allí quedan un total de 15 escenarios, de los cuales los más probables son los que ubican la cosecha entre un cinco y un 15 por ciento por debajo de los rindes promedio, combinada con precios internacionales en niveles cercanos o superiores a los actuales.
De acuerdo con Garzón, estas previsiones implicarían una cosecha con un valor de mercado de entre 33 mil millones y 40 mil millones de dólares, que significarían entre 137 millones de dólares menos y 6.800 millones más que la última campaña. (Agrovoz)

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